jueves, 16 de diciembre de 2010

Seguía

por casualidad miré hacia arriba y ahí estaba...


... sola, silenciosa, casi imperceptible. Pero yo sentía su presencia, su compañía como una sombra blanca.



Seguí mi camino ...


... cuando volví a mirar, lejos ya de donde estaba antes, ella seguía ahí. Casi igual, pero distinta; con la misma forma pero de otro color. Una compañía extraña para alguien solitario.


No hay comentarios:

Publicar un comentario