Día de semana previo a un feriado en una ciudad balnearia. El pequeño centro se prepara para recibir a los turistas, la disquería sube el volumen de sus parlantes y suenan en la cuadra una variedad de melodías mientras llega la humedad fresca de la noche. Del folklore al reggaeton, del rock a lo tropical.
Él llega con serenidad, se detiene frente a la disquería y abre sobre la vereda una pequeña valija negra desvencijada. Retira una batuta y comienza su función. Sobre el fondo de la valija abierta hay un cartel: el improvisado director pide unas monedas.
ME ENCANTÓ, SOLI..
ResponderEliminarDicen que una pequeña línea separa la locura de la genialidad. En el caso de este director imprivisado, esa línea tenía forma de batuta.
ResponderEliminarche, gracias por el comentario, estuve mirando por aca y tenes cosas buenas.
ResponderEliminardale para adelante
Gracias por tu visita a mi blog.
ResponderEliminarMe voy a pasear a menudo por aquí.
Saludos
Locura desvencijada.. que lindas palabras!!
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